Mediante el arbitraje, dos o más partes en conflicto pueden resolver sus desavenencias de forma rápida y definitiva, Se trata de un método alternativo al procedimiento judicial, que permite a las partes dar solución a su controversia evitando los trámites de éste, su conocida lentitud y la posibilidad de ser sometidas sus resoluciones a varias instancias.
El arbitraje sólo tendrá lugar si las partes lo han acordado, bien en el contrato o documento en que suscribieron el negocio jurídico en el que surge la disputa mediante la inserción de la correspondiente cláusula arbitral (contrato, testamento, pactos o acuerdos de socios, estatutos…), o bien, una vez surgida la controversia, mediante acuerdo de sometimiento a arbitraje para su resolución.
En el arbitraje, las partes pueden incluso decidir qué persona o personas van a resolver su disputa, seleccionando, conjunta o separadamente, a uno o tres árbitros que, en este caso, compondrán el tribunal arbitral.